Durante mi niñez siempre considere agosto un mes olvidado.
En enero está año nuevo, reyes. En febrero está el día del amor, en marzo la
primavera y así sucesivamente, en agosto por mucho tiempo no hubo una
celebración. Por mucho tiempo agosto era un tiempo que estaba en el limbo, si
estabas en la escuela, salías antes de vacaciones y regresabas después, por lo
que nunca estuve con mis amigos en este día. Hoy ha pasado el tiempo y la vida
me ha moldeado a base de golpes que he soportado y alegrías que he estado
dispuesto a disfrutar; hoy tengo lastimados tres dedos de las manos, me duelen
las piernas, en algunas cosas soy un poco intolerante, me gusta música que
nunca pensé que me gustaría, estoy en una posición profesional en la que no
pensé encontrarme tan pronto. Y todo empezó un agosto hace treinta y un años.
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